¿CÓMO QUIERES QUE TE RECUERDEN?

¿CÓMO QUIERES QUE TE RECUERDEN?

 “Empezar con el fin en mente, piensa cómo quieres que hablen de ti cuando ya no estés, y actúa en consecuencia para conseguirlo” Stephen R. Covey.

Siempre nos preguntamos qué queremos ser en 5, 10 ó 20 años y nos confundimos con el tener  un estatus, una  casa, un auto, un buen empleo; y quizás en el mejor de los casos, se piensa en formar una familia.

La solución es pensar ¿cómo queremos ser recordados?

Marcar tú legado en el mundo, qué de bueno diste, la diferencia que hiciste en la vida de los demás y qué tanto aprovechaste cada momento de vida para ser feliz.

Dar prioridad a las cosas más importantes de la vida. Así la vida se simplifica haciendo que nos concentremos en lo esencial.

Y tú, ¿qué piensas?, ¿qué te gustaría pensar de ti mismo cuando llegue el final de tu vida?, y ¿cómo te gustaría que te recordaran las personas que más quieres?

“Quien no está dispuesto a morir por sus sueños, no está preparado para obtenerlos”

La vida es demasiado corta como para gastarla en nosotros mismos. Vale la pena invertir en alguien. Si con una sola palabra podemos llevar aliento y esperanza al más necesitado, nuestra vida no habrá sido en vano.

"El ayer es historia, el mañana es un misterio, el hoy es un regalo, por eso le llaman presente". Frase de Kun Fu Panda.

La mayor tragedia no es la muerte, si no la vida... la vida que fracasa sin cumplir su propósito y su potencial aquí en la tierra.

VIVE EFECTIVAMENTE:

(Eclesiastés 6:3-6)

 "Si un hombre engendra cien hijos y vive muchos años, de modo que los días de sus años son numerosos, pero su alma no se sacia de sus bienes y ni aun recibe sepultura, digo yo que un abortivo es mejor que él. Porque vino en vano y a las tinieblas se fue, y su nombre quedará cubierto con tinieblas. Aunque no vio el sol ni nada conoció, más sosiego tiene éste que aquél. Aunque aquél viva mil años dos veces, sin gozar del bien, ¿no van todos a un mismo lugar?"

Cuando nos damos cuenta del potencial que se encuentra en nuestro interior, tenemos la obligación de liberar esa riqueza para beneficiar al mundo que lo rodea. Nuestro mundo cambia si nosotros cambiamos, si decimos: heme aquí Señor envíame a mí.